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Tu isla bonita (en la cocina)

Una isla es una buenísima pareja de baile para tu cocina. Eso sí, si piensas bien qué función le darás y la haces realmente complementaria. ¿La quieres para cocinar? ¿como apoyo extra? ¿o sobre todo para comer? Aquí tienes una pequeña guía que te ayudará a elegir la mejor opción según tus necesidades. Empezamos.

¿Cómo vas de espacio? ¿Tienes mucho? Pues que la isla sea generosa porque podrá servirte para cocinar en ella, o sea, para poner la placa de cocción. Y para esto, entre 210 y 250 cm de largo es lo recomendable. Te permite colocar fogones, una tabla en la que preparar los alimentos, un cubo de basura debajo y un punto de agua. Si tu isla tiene fogones, una campana a techo o de sobre-encimera te permitirá ver el espacio más despejado

¿Una isla imposible? Una pieza estrecha y alargada puede ser una isla perfecta. Si la pieza es un mueble de oficio recuperado como esta mesa, le dará un toque personal a tu cocina y, ya ves, no es necesario que sea igual que el resto del mobiliario para que quede bonita.

Para guardar (mucho) más Si estás pensando en una isla con mil cajones y armarios porque necesitas huecos donde guardar, ten en cuenta que desde la isla a los armarios más cercanos del resto de la cocina, deben quedar unos 90 cm libres (80 cm sería el mínimo y 110 cm, el máximo para no perder comodidad). Es el espacio necesario para abrir cualquier puerta o cajón sin problemas, y dejar paso.


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