Cocina abierta vs cerrada ¡Que empiece el combate!
Si te encuentras en la tesitura de escoger cocina abierta o cerrada, esto te interesa, y mucho. Está claro que, como todo en la vida, cada opción tiene sus ventajas y desventajas, así que se trata de dilucidar cuál de ambas encaja mejor con tu casa y estilo de vida. Aquí tienes las tres opciones a valorar, con sus pros y contras... ¡Ahora la elección es tuya!
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No se trata de una cuestión de metros (si bien es cierto que este tipo de cocinas se valoran más cuando un piso es pequeño), sino más bien de estilo de vida, luminosidad y fluidez de tareas. Conectar la cocina con el salón-comedor puede traerte un montón de alegrías, si lo haces bien.
Ábrela a la luz Es el recurso más utilizado cuando el lugar que ocupa una cocina no tiene suficiente luz natural. ¿La solución? Tirar el tabique que impide la fluidez lumínica y unirla a las áreas de living que sí cuentan con salidas al exterior. Porque está claro que una cocina con luz natural es mucho más bonita y, lo que es más importante, segura y práctica.
Mayor sensación de espacio Dos más dos son cuatro. Y es que está claro que si unes cocina y sala-comedor, ganarás en sensación de amplitud. Por eso empezábamos diciendo que la opción de cocina abierta es la más recurrente en pisos pequeños.
Facilita las tareas Conectar cocina y comedor es una buena idea si se desean agilizar las tareas de servicio de mesa. ¡De los fogones al plato! Además, quitar la mesa será mucho más fácil, algo que se agradece después de las cenas diarias, cuando el cuerpo te pide sofá y serie.
Más participativa Ahora que lo de cocinar está más de moda que nunca, una cocina abierta promueve lo de cocinar en compañía, haciendo que las cenas con amigos sean aún más divertidas. Mientras el masterchef está con los fogones, puede seguir la tertúlia de los invitados con una copa de vino en el salón.
Potencia la vida familiar Mamá o papá cocinando y los peques jugando en la alfombra del salón o haciendo los deberes en la mesa del comedor. ¿Hay una escena más familiar que esta? ¡Y lo práctico que resulta poder vigilar a los niños mientras se carga el lavaplatos!
2. Semiabierta: sí, pero no
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Para los indecisos, esta es la mejor opción. Si te gustaría abrir la cocina para ganar amplitud pero te preocupan las desventajas de tener una cocina integrada al salón, optar por una zona semiabierta puede ser la solución perfecta. Las cocinas semiabiertas permiten conectar espacios contiguos, aumentar la sensación espacial, ganar comodidad a la hora de organizar una comida y, a la vez, pueden convertirse en un espacio cerrado para evitar olores y ruidos en el salón.
Una estantería divisoria Existen múltiples maneras de conectar las cocinas semiabiertas con el salón. En el caso de que simplemente quieras delimitar espacios, puedes optar por un simple muro divisor. Este muro puede ser un murete a media altura, tipo península a modo de barra para desayunos, un mueble voluminoso con cajones o una estantería que haga de separador. Con esta opción, la entrada a la cocina quedaría abierta a ambos lados y conservarías la independencia y privacidad de cada espacio.
Fronteras de cristal Es la solución más vista, por su belleza y funcionalidad. Si quieres crear un espacio diáfano y una mayor amplitud visual sin integrar totalmente la cocina al salón, los semicerramientos de cristal son una opción muy versátil. Puedes combinar tabiquería con cristal y no pases por alto las estructuras con cuarterones de hierro forjado, toda una tendencia que perdura.
Paredes invisibles Otra opción es crear paredes de cristal a modo de tabiques divisorios. Así, la cocina continúa manteniendo su espacio pero se unifica visualmente con el salón. Las puertas se integran con la misma cristalería para conservar la uniformidad visual. Es preferible optar por puertas amplias que permitan conectar mejor los espacios. En este caso, conservas la distribución independiente de zonas pero logras crear un ambiente diáfano.
Una cocina en el armario Si huyes de la idea de tener la cocina siempre a la vista, los paneles o puertas correderas que esconden la cocina a modo de armario son la solución más práctica. Este tipo de cerramiento móvil es recomendable para salones pequeños que quieren ganar espacio eliminando la zona dedicada a la cocina. La cocina se concibe como una zona útil que aparece (y desaparece) solo cuando lo necesitas.
Cierra solo lo que te interese Si deseas abrir la cocina pero, por la distribución, hay zonas donde quieres mantener la delimitación de espacios, puedes optar por abrir completamente la cocina dejando un pequeño tabique de cristal, pladur o móvil en la zona a conservar. Esta separación es útil si la cocina está cerca de un pasillo o el acceso a otra estancia y quieres crear una separación. Además, mantener algún tabique te permite colocar mobiliario en la zona.
3. Cocina cerrada, para los más tradicionales
Y es que muchos pensarán que, si se ha hecho así toda la vida, será por algo... Tener una cocina independiente tiene sus ventajas, sobre todo a nivel práctico, pero también estético.
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¡Orden en la sala! Se acabó aquello de cenar con todos los cacharros usados para preparar la comida a la vista. En una cocina cerrada, ojos que no ven... Ciertamente, una cocina, sea como sea, siempre se debe recoger y limpiar, pero si está cerrada, no invade la estética organizada de un bonito salón-comedor.
Independencia estética Está claro que si unes cocina y salón, ambos ambientes deben guardar cierta similitud para dar una sensación de armonía estética. Pues bien, en una cocina cerrada puedes jugar más con los estilos y escoger muebles de madera combinados con encimeras de mármol, por ejemplo.
Fuera problemas con los electrodomésticos Tampoco tendrás problemas por tener el horno y el microondas o el frigorífico a la vista, lo que abaratará los costes de mobiliario por no tener que panelarlos. Aquí los electrodomésticos están en su territorio.
Adiós a los malos humos Y olores... Porque con una cocina cerrada, tu sala de estar no olerá a la rica paella o brócoli con patatas que has hecho para comer. Aunque, como hemos apuntado antes, una buena campana extractora sería la solución, si eres especialmente escrupuloso con el tema olores, lo tuyo es una cocina donde los fogones estén a buen recaudo.
Fuente: El Mueble
Adaptación: Interdemex