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10 desastres (y sus soluciones) que no te dejan disfrutar de la cocina

Funcional pero poco acogedora, divina pero sin espacio para guardar, estrecha, oscura, incómoda... Si tu cocina muestra alguno de estos síntomas sigue leyendo, ¡tenemos la solución!

1. No seas fashion victim...

La reforma de la cocina implica una importante inversión y molestas obras así que, antes de sucumbir a esos frentes naranja de inspiración pop o esas baldosas de patchwork de mosaico hidráulico que tan bien quedan en las fotos, plantéate que tendrás que verlos durante muchos años. No en vano los profesionales aconsejan optar por un diseño atemporal, que pueda adaptarse a las tendencias del momento con la ayuda de los pequeños electrodomésticos y los accesorios de cocina –siempre puedes comprarte la cafetera, la batidora y los paños de cocina naranjas.

2. ... ni excesivamente prudente

Esto no quiere decir que, por miedo a cansarte del estilo de la cocina, acabes proyectando un espacio que no te diga nada desde el primer día. Define cuál es el que mejor te va de entre la amplia oferta existente y elige los elementos más permanentes en tonalidades claras y neutras que aporten luminosidad y amplitud. Aporta acentos de estilo de la mano de los tiradores –que puedes renovar de forma sencilla y con una mínima inversión–, el frontal de la encimera –que puede customizarse con paneles de vidrio o policarbonato personalizados con imágenes o decorados– o el equipamiento del rincón de office.

3. Industrial, sí. Aséptica, no

Te dejaste llevar por la moda del estilo industrial y, ahora, un exceso de acero inoxidable y líneas minimalistas ha convertido tu cocina un lugar frío y poco acogedor. No te preocupes: puedes introducir algunas notas de calidez sin comprometer su estilo mediante, por ejemplo, elementos de aire vintage de estética fabril.

Un suelo de madera, una pared de ladrillo visto –los paneles sintéticos simulan este material a la perfección con una sencilla colocación–, unos taburetes de oficio recuperados para completar la barra del office, una encimera de madera envejecida o unas simples cajas antiguas de refrescos o fruta a modo de contenedores pueden obrar maravillas sin tener que embarcarse en reformas.

4. ¿De suelo a techo?

Al proyectar la cocina es habitual verse poseído por el impulso de aprovechar hasta el último milímetro con armarios hasta el techo. Si bien estos son una solución adecuada en cocinas amplias –siempre que se reserven las zonas más altas y de difícil acceso a elementos de uso esporádico–, en una cocina de planta alargada o estrecha pueden acabar creando una desagradable sensación de túnel. En estos casos, es mejor renunciar a poner armarios altos en una de las paredes –en cocinas diseñadas en paralelo– e incluso elegirlos ligeros y de diseño horizontal -están de moda los de puertas abatibles con vidrio matizado– para equilibrar el espacio.

5. Tú llegas a todo

De poco sirve tener muchos armarios altos si para coger cualquier cosa de ellos hay que hacer toda una tabla de estiramientos. Para que esto no suceda, se aconseja colocarlos a unos 140-150 cm del suelo y a unos 60 cm de la encimera de trabajo, de modo que sean accesibles a los distintos usuarios de la cocina.

En cuanto a los armarios bajos, pese a su fácil acceso pueden resultar un auténtico agujero negro si están equipados con baldas fijas, ya que las cosas colocadas al fondo suelen acabar perdidas u olvidadas. Invierte un poco más en su equipamiento y sustitúyelas por organizadores extraíbles, que lo dejen todo a la vista y a mano.

Fuente: El Mueble

Adaptación: Interdemex


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