El poder de las telas: un dormitorio, cinco estilos
Basta con cambiar el color de las paredes y la ropa de cama para dar un giro de 180º al dormitorio. Te lo demostramos con este antes y después con hasta cinco looks para elegir.
Una cama luminosa, en mostaza y gris
Si quieres destacar un color, colócalo sobre una base blanca. En la fotografía que verás en la galería de imágenes, el tono mostaza de plaid y cojines (de Filocolore) se vuelve más intenso y luminoso sobre la funda y los cuadrantes blancos. El contrapunto lo ponen la manta (de La Maison) y el cojín estampado, grises, que matizan el “efecto” dorado del terciopelo y dan elegancia.
Dulce y sofisticada, en gris y malva
Malvas y grises encajan bien entre sí y combinados con blanco envuelven la cama de un aire romántico y una luz muy cálida. Podrás ver la imagen en nuestra galería. Hemos puesto los cuadrantes grises (de La Maison) en la base y encima los cojines malvas combinando lisos y estampados (de Zara Home). La nota más abrigada la pone la manta de mohair.
Una cama muy natural, en colores pastel
Unas sábanas rosas, un plaid teja (de Filocolore) y cojines estampados en verde (de Pepe Peñalver) y azul pastel. ¿Parecen muchos colores, no? Pero el resultado es equilibrado y natural. Míralo en la galería de imágenes y atrévete con los estampados siempre que sus colores encajen con el resto de telas. Un consejo: no los uses en los cojines más grandes.
Fresca y muy ligera, en rosa y azul
Las telas azules son ideales para el dormitorio: dan frescor y son relajantes. Aquí hemos matizado la “frialdad” de los cojines celestes con otros en rosa (todos de La Maison) que ponen una nota cálida y delicada. Todos son de franela, una tela de tacto suave que, además, refleja la luz.
Un dormitorio sereno y relajante, en azul
Los tonos neutros, como el beige, el crema y el blanco, ceden protagonismo al azul, que suma serenidad al dormitorio y lo convierte, al instante, en un espacio relajado. Además, pone una nota de frescor, mientras los detalles en rosa como la lámpara y las flores añaden su sutil toque de dulzura sin que resulte demasiado femenino.
